miércoles, 31 de marzo de 2010

La ínsula Barataria de San Martín de la Vega

Inicio esta andadura, en primer lugar, disculpándome ante aquellos que en esta página se adentren pues, al ser profano en estas lides, muchos y grandes han de ser los desvaríos y mal hechuras que de mi pluma surgieren, la buena fe y la humildad no me faltan con ello espero suplir mi desconocimiento tanto en la cuestión literaria como en lo relativo a estas nuevas tecnologías.
Iletrado soy, lo reconozco, y sin embargo ávido estoy al aprendizaje humanístico, los principios de este mi aprendizaje dos fuentes tienen, la de los sabios e iluminados consejos de mi señor, El Caballero de la Triste Figura, también conocido como el Caballero de los Leones, y mi propia experiencia recogida dentro de la sabiduría del pueblo llano, que es grande y de provechosa virtud. De ambas me valdré para intentar, al menos, que los gobiernos de esta Ínsula discurran por cauces de justicia y equidad por medio de una información libre e imparcial.
Del pueblo agrario y asalariado provengo y es a su lado donde ubico mi ser y mis ideas, a quien buen árbol se arrima buena sombra le cobija, y eso es lo que pretendo situándome bajos las ramas del árbol de los más desfavorecidos, del árbol de la libertad y de la igualdad, del árbol de la justicia social en definitiva.
Una idea única y, hasta cierto punto ilusoria, ronda por mi mollera, la de un pueblo en bloque, capaz de competir en iguales condiciones con la unidad indisoluble de la opulencia. Es conocido que del dialogo, del consenso de ideas y proyectos conseguiremos nuestra común meta y solo podemos conseguirla con unidad. Esa unidad que tanto valoramos en nuestras proclamas, la unión hace la fuerza, y a la que nunca, la mayor de las veces por causas nimias, conseguimos alcanzar.
Tres años de continuos y de gran envergadura desvaríos de los regidores que, solo gracias a nosotros y nuestra falta de unión, hemos aupado a los mandos de nuestra Ínsula, hacen como fundamental el trabajo común para llegar al fin de tan desastrosa empresa. Largo sería de enumerar estos desastres pero se podría resumir en la privatización de servicios públicos o el regalo de suelo de todos a manos privadas, igual da en nuestra Ínsula que en nuestra comarca, el guión de unos y otros el mismo camino toma. A pesar de todo el abandono de calles, jardines y paseos es grande y en la operatividad de los regidores demostrada está su nulidad.
No hay mal que cien años dure, y esto es lo que confiamos que suceda de aquí a las elecciones municipales y regionales de 2011, que este mal que nos abruma y tantos descalabros causa desaparezca y llegue el cambio, un cambio tan deseado como necesario para retomar el buen rumbo de los destinos de nuestra querida tierra.
Quiero desde esta página, laica y progresista, hacer un llamamiento hacia las buenas formas, hacia la libertad de expresión y la tolerancia a todas las ideas y pensamientos tanto políticos como religiosos, advirtiendo a todos aquellos que con sus comentarios caigan en la intolerancia, el descrédito, la xenofobia o el racismo, sean suprimidos y no han desde aquí, ser publicados tales desvaríos, pues solo el odio y la animadversión de ellos se puede recoger, todo lo contrario que lo que este humilde escudero pretende.
Quien siembra vientos recoge tempestades, no quiero sembrar más vientos, bastantes sembraron ya, quiero que los granos que desde esta sembradera caigan se conviertan en una fructífera cosecha de paz y cordialidad, la cosecha del cambio, de la unión de los asalariados y jornaleros; que los regidores que esta cosecha nos aporte practiquen la justicia social y con ello una mayor libertad, igualdad, solidaridad y progreso para nuestra amada Ínsula Barataria.
Mi andadura ha coincidido con un grandisimo entuerto pues parece que las gestiones de los actuales regidores no llevan el camino adecuado, parece que ni mi señor, Don Quijote, ni todos los caballeros de la mesa redonda al mando del Gran Aturo van a ser capaces de enderezar menesteres tan enrevesados,uno de los muchos refranes que tanto me acompañan dice que para dar y tener, seso es menester.